domingo, 4 de julio de 2010

La puntita nada más


Ya ha vuelto la polla más televisiva, el hombre mejor dotado de la pequeña pantalla. Hung nos sorprendió el verano pasada con la historia de un padre de familia que se ve obligado a ejercer la prostitución. El oportunismo de esta creación en plena crisis económica mundial, el detallado proceso de creación de sus personajes y un buen casting de actores eficientes tal vez no son suficientes para esta serie. Flaquea en un punto muy importante: es demasiado amable, demasiado blanca para pertenecer a HBO. Una serie que gira en torno a un gigoló debería ofrecer, cuanto menos, su buena dosis de sexo. No pido un Tell me you love me o un True Blood, pero no basta con enseñarnos la cara orgásmica de una mujer desesperada. Además, la historia de persona normal con doble vida de dudosa moralidad ya está muy vista (Weeds, Breaking Bad, Dexter...) en televisión. Tal vez el motivo por el cual la serie es tan blandita es que HBO sólo buscaba en su momento cubrir un hueco en la programación antes de encontrar una nueva serie bandera (véanse Treme o, para bien o para mal, True Blood). Además, no entiendo cómo no aprovechan el sex appeal de Thomas Jane, su actor principal, que se limita a pasearse por la pantalla con cara de cervatillo y a hacerles el amor a señoras ricas con toda la ternura del mundo. No olvidemos que el público quiere caña, queremos que el prota sea un poco cabrón y más guarro en la cama, que se acueste por fin con su ex mujer y que se aproveche de su "chulo"... Y es que la serie tiene entre sus mejores bazas pequeños detalles que la hacen digna de seguir aunque no sea una grande en una cadena tan especial como es HBO:
-la "chula" medio poeta, medio psicóloga con tan poca autoestima
-los hijos adolescentes mellizos y emos del prota
-¡vive en una tienda de campaña!
-aprovecha su pollón para salir de la crisis y lo ha encajado con toda la naturalidad del mundo
-su ex mujer es la rubísima Anne Heche

De todos modos, aún sólo hemos visto el primer episodio de la segunda temporada, y yo seguiré las desventuras de Ray, su peculiar chulo y su familia disfuncional (característica elevada a su vigésima potencia en la estupenda United States of Tara).