domingo, 24 de octubre de 2010

4x4



Nos propone Dani de Freak's City un meme televisivo donde escoger nuestros ases del drama y la comedia. Aquí están los míos, creo que no tan evidentes como podría parecer:


Dramas
Caprica
La serie hija (aunque narrativamente madre) de Battlestar Galactica tiene tramas adultas y duras sobre terrorismo, las consecuencias de la tecnología, la religión y el poder. Las tramas concernientes a los adolescentes son sencillamente deliciosas, y la carrera de Amanda Greystone por salvar su vida y descubrir la verdad tras la muerte de su madre, soberbia.
Treme
Me duele la boca de decirlo. Mejor que Breaking Bad, Mad Men, Dexter y demás obviedades. Una serie donde la música (música negra, de raíces) es la principal protagonista. Reconstruir Nueva Orleans tras la catástrofe del Katrina parece imposible, y que sus habitantes retomen sus vidas, toda una odisea que vale la pena estudiar y seguir todas las semanas. 
The good wife
Un drama sólido como una piedra sobre la esposa de un político que ha sido pillado in fraganti con prostitutas y otras lindezas. Narra, más allá de lo evidente, la desestructuración de la familia, que es el gran bloque protagonista de todo así como los distintos casos a los que tiene que enfrentarse el personaje de Julianna Margulies en el bufete en el que trabaja.
The Big C
Podía haberla incluido en la comedia, pero creo que conforme avanza la temporada la serie se va revelando como uno de los dramas más potentes y desgarradores de toda la parrilla. Porque progresivamente vemos cómo el mundo y la vida de Cathy se van al garete.


Comedias
30 Rock
Tras el magnífico episodio en directo de hace dos semanas y el maratón de esto verano para ponerme al día con ella, el reverso cómico de Studio 60 me tiene completamente enamorado de todo.
HIMYM
Ya la sigo por inercia. Si por primera vez me he visto obligado a dejar una de las supuestas series buenas con Glee, HIMYM ha vuelto con fuerza tras su temporada más floja. Además, da la sensación de que la madre está cada vez más cerca, y por mucho mcguffin que sea, queremos saber.
Glee
No llegará a la mala leche que supuraba Popular, el otro trabajo de Murphy, y es una lástima que esto es lo que se entiende en EEUU por subversión cuando en Inglaterra, por ejemplo, se están haciendo productos tan arriesgados como Skins y Misfits. A pesar de ello, me río bastante con ella, me gustan casi todos los números musicales y creo que vale la pena que un producto a su modo tan arriesgado vaya ya por la segunda temporada.
Futurama
Para mí se trata de la mejor serie de animación de la historia. Desde luego, es la más inteligente e interesante con sus paradojas temporales y tramas imposibles. Descacharrante la mordacidad de sus guiones, nada que ver con los condescendientes hombrecitos amarillos de Springfield.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Series y series y series y un verano que se acaba (II)

Pero no ha sido eso lo único que he visto este verano. Con tanto estreno y tanta búsqueda y tan poca vergüenza, me acabé enganchando a otras ficciones que iré desgranando a continuación.
           Tenía guardada en una carpeta la última temporada de una de mis series predilectas: Nip/Tuck, que siempre nos ha aportado tramas culebronescas muy desfasadas (en cuanto a cualquier tipo de mesura), personajes extraordinarios u ordinarios, a secas, y cantidades ingentes de sexo y quirófanos. Toda una revolución, si bien es cierto que esta temporada última ha sido bastante descafeinada, y el final decepcionante. No es de extrañar, ya que el tipo que ha pergeñado todo esto, Ryan Murphy, ha estado liadísimo con Come, reza, ama y la primera temporada de la exitosísima Glee.
           Más me ha gustado lo que he podido ver de Caprica, que toma lo mejor de su serie madre, BG (recordemos que Caprica no es más que la precuela menos precuela de la historia). Si en Galactica había golpes de estado, huidas interestelares y profecías místicas, en su hija hay atentados terroristas, luchas de poder, filosofía, vicio... Como veis, una serie tan madura como mamá. Es más, creo que se perfilará como otra de las grandes olvidadas por los premios televisivos, ya que a pesar de su material humano y filosófico tan intenso, su principal baza, la considerarán una serie de ciencia-ficción, de robots, maquinitas y naves espaciales, y por ende algo estúpido. Gracias por los prejuicios.



            A la que sí me he enganchado es a The Big C, y es que a pesar de las reticencias de las que hablé, considero que su discurso liberal y optimista bien le valen mi atención. Tiene demasiados puntos negativos, cierto, como al insoportable hermano de la protagonista y la actitud estúpida de Laura Linney. Además, le está costando encontrar su tono, aunque el episodio 4 me gustó; ahí lo hilaron. Y como punto gordo de la serie, la dinámica entre Cathy y su alumna obesa (¡gran Gabourne Sibide!). Si siguen por ahí, pueden lograr algo bueno, aunque me da la sensación de que Showtime me cuenta una y otra vez lo mismo :S
          Ahora, una confesión: me engancho a reality shows, es inevitable, pero nunca había tenido que descargar ninguno americano. El culpable en concreto no es otro que Top Chef, un programa en el que alrededor de diez cocineros compiten semanalmente por permanecer en el concurso sacando adelante platos exquisitos en circunstancias imprevisibles. Les hacen cocinar en pleno desierto con una lata de chapa como sartén o con aperitivos de la marca Cheetos un plato de nouvelle cuisine. Como veis, una tontada digna del tonto más grande, pero una tontada que engancha, diablos... Además, si os gusta medianamente la cocina, ya está todo hecho. Como me pasó a mí. Una temporada en dos o tres días. Fantabuloso.

           Una de las series más extrañas y desconocidas (porque ha pasado desapercibida) del año, Gravity, también me enganchó. Por su punto de partida. Por su humor negro. Por su extrañeza, su excentricidad. Podría estar perfectamente tras ella la cabeza de Bryan Fuller: un grupo de suicidas que han fallado en su intento de morir tienen que ir a reuniones para rehabilitarse y reincorporarse en la sociedad. La protagonista tiene una belleza frágil, sobrecogedora, llamativa... y vale la pena por su única temporada, aunque no es ninguna maravilla.
           Y para cerrar, lo dejaremos con una OBRA MAESTRA: Treme. Nueva Orleans postKatrina, David Simon, David Mills, música negra, John Goodman, una ciudad destruida y la reconstrucción de ese escenario caótico. Es tan realista que podría pasar por un docushow gracias a las interpretaciones de su elenco y a las localizaciones. Y HBO. ¿Qué más se le puede pedir? Que la gente le dé una oportunidad. En este momento, es lo mejor que está pariendo la televisión por encima de Madmenes y Breakingdades... Pero claro, el jamón 5 J sabe raro si uno sólo come mortadela. Quiero creer que todos acabaremos paladeándolo y congratulándonos por esta magia y esta oportunidad de viajar al centro del huracán desde el sofá de casa...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Series y series y series y un verano que se acaba (I)

Jessica... se le saltan los colmillos sin querer xD
Ùltimamente no he visto demasiadas series. El verano me ha tenido más atareado de lo previsto, y en cualquier caso los días en Bristol me alteraron todos los planes. A pesar de ello, he logrado ver la tercera de True Blood, que como siempre nos ha regalado momentos únicos. Creo que a estas alturas todos sabemos que no es una buena serie, o al menos no una buena serie tal y como concebimos el concepto de "buena serie". Los efectos son exagerados, las actuaciones pasadas de rosca; sus personajes, pintorescos y las tramas, alucinantes y alucinadas. Una serie imposible, y creo que por ese motivo se nos ha convertido en imprescindible a muchos. Además, para qué negarlo, su reparto tiene un morbazo irrefrenable, desde el nórdico Eric a la pelirroja y eternamente "virgen" Jessica. Todos sus episodios son entretenidos y muy imprevisibles. A ver cómo sigue la cosa en la próxima temporada, que si bien no hemos tenido un gran cliffhanger en plan temporada 1, la situación para casi todos los protagonistas ha cambiado mucho.


Cast de 30 Rock
              Eso por un lado. Ahora, la serie de la que más enamorado estoy: 30 Rock. Reconozco que es una serie a la que cuesta pillarle el punto, tiene un sentido del humor muy particular (bastante inteligente, pero no en plan snob) y sus personajes son bastante arquetípicos. Me río muchísimo, pero muchísimo, a mandíbula batiente con dos de ellos: la grandísima Jane Krakowski y el inenarrabe Jack McBrayer. En serio, no entiendo por qué todo el mundo pone por los aires a Liz Lemon (que es grande, lo sabemos, pero no es para tanto) o, mucho menos, a Alec Baldwin. A quien echo muchísimo de menos es a la amiga y compañera en SNL de Tina Fey, Rachel Dratch, que en la primera temporada aparecía de vez en cuando para hacer de borracha, prostituta eslava o cualquier otro personaje pintoresco. Una lástima que ya no cuenten más con ella. Lo dicho, igual porque la serie tiene lugar en el estudio de una cadena de televisión me tiene maravillado (me pasó lo mismo con Studio 60, que era mucho mejor aunque no era una comedia). Estoy a punto de ventilarme la cuarta temporada, pero no quiero por miedo a quedarme sin comedia fácil de ver y efectiva, que es difícil de encontrar. Entiendo la adulación  por parte de la crítica y los expertos: 30 Rock encaja muy, muy bien en todos sus aspectos, aunque técnicamente no sea más que otra serie de tres al cuarto.
             En  mi búsqueda de la comedia definitiva me he cruzado con nada más y nada menos que Cheers. Me estoy viendo la primera temporada. No sé, una sitcom muy tradicional, sin grandes gags ni bromas desternillantes que basa su valor en la construcción de sus personajes y la relación entre estos. Me ha sorprendido muchísimo lo guapo que era Ted Danson, principalmente porque, aunque no haya envejecido mal, en Damages y Bored to Death tiene el pelo blanquísimo y se le notan los años, por mucho que siga con espíritu de joven arrebatador. Creo que seguiré con la serie porque es una de las míticas, dio lugar a varios spinoffs y bueno, creo que vale la pena, porque ni Friends brillaba en su primera temporada...
             Dexter. Esta serie me puede. Recuerdo que de la primera temporada  llegué sólo a la mitad porque ME ABURRÍA. Todos alababan la composición de Michael C. Hall, pero quienes lo habíamos visto en A dos metros bajo tierra sabíamos que era capaz de mucho más. He seguido la pista al asesino de asesinos por medio de blogs y webs especializadas hasta esta cuarta temporada, donde me obligué a verlo de nuevo para que me sorprendiera y maravillara como al resto de los mortales. ME VOLVÍ A ABURRIR y lo retomé hace un par de meses por ver el grandilocuente final. Sin duda, lo mejor de la cuarta temporada ha sido John Lithgow, a quien conocíamos gracias a esa maravilla que era 3rd Rock from the Sun (¬¬ Cosas de marcianos), y que da vida a un personaje mucho más complejo que el propio Dexter Morgan. Total, la historia de amor de Laguerta me la pelaba mucho, mucho. Es decir, de las tres o cuatro tramas de la temporada sólo me importaba la inquietante relación entre Dexter y Trinity, de modo que me sobraba todo el resto. Me ha sorprendido encontrar a una Julie Benz tan aburrida, con el juego que daba en el Buffyverso (lo siento, los fanes siempre seremos así...) y en definitiva, aunque la cuarta ha sido mejor que la primera, ni Dexter es tan grande ni mucho menos me ha enganchado hasta sus últimos cuatro episodios, y eso es algo inadmisible hoy en día.

domingo, 4 de julio de 2010

La puntita nada más


Ya ha vuelto la polla más televisiva, el hombre mejor dotado de la pequeña pantalla. Hung nos sorprendió el verano pasada con la historia de un padre de familia que se ve obligado a ejercer la prostitución. El oportunismo de esta creación en plena crisis económica mundial, el detallado proceso de creación de sus personajes y un buen casting de actores eficientes tal vez no son suficientes para esta serie. Flaquea en un punto muy importante: es demasiado amable, demasiado blanca para pertenecer a HBO. Una serie que gira en torno a un gigoló debería ofrecer, cuanto menos, su buena dosis de sexo. No pido un Tell me you love me o un True Blood, pero no basta con enseñarnos la cara orgásmica de una mujer desesperada. Además, la historia de persona normal con doble vida de dudosa moralidad ya está muy vista (Weeds, Breaking Bad, Dexter...) en televisión. Tal vez el motivo por el cual la serie es tan blandita es que HBO sólo buscaba en su momento cubrir un hueco en la programación antes de encontrar una nueva serie bandera (véanse Treme o, para bien o para mal, True Blood). Además, no entiendo cómo no aprovechan el sex appeal de Thomas Jane, su actor principal, que se limita a pasearse por la pantalla con cara de cervatillo y a hacerles el amor a señoras ricas con toda la ternura del mundo. No olvidemos que el público quiere caña, queremos que el prota sea un poco cabrón y más guarro en la cama, que se acueste por fin con su ex mujer y que se aproveche de su "chulo"... Y es que la serie tiene entre sus mejores bazas pequeños detalles que la hacen digna de seguir aunque no sea una grande en una cadena tan especial como es HBO:
-la "chula" medio poeta, medio psicóloga con tan poca autoestima
-los hijos adolescentes mellizos y emos del prota
-¡vive en una tienda de campaña!
-aprovecha su pollón para salir de la crisis y lo ha encajado con toda la naturalidad del mundo
-su ex mujer es la rubísima Anne Heche

De todos modos, aún sólo hemos visto el primer episodio de la segunda temporada, y yo seguiré las desventuras de Ray, su peculiar chulo y su familia disfuncional (característica elevada a su vigésima potencia en la estupenda United States of Tara).

martes, 8 de junio de 2010

Fronteras (interludio)

Un señor que directamente merece no estar vivo, y el típico señorito que adiestra a niños. ¿Todo esto para qué? Para ampliar la franja que supone nuestras fronteras.



El chiste fascista de Bertín Osborne: Intereconomía educando a niños en la homofobia from Oscar Bilbao on Vimeo.

domingo, 23 de mayo de 2010

De cuando Lost acabó con el franquismo


Este señor horrible llamado Franco tenía sueños de grandeza de una utopía que, para qué negarlo, logró llevar a la realidad. Durante la República (y en los círculos intelectuales durante el franquismo) hablar y comprender el francés y el inglés era algo muy bien visto. No obstante, esto entraba en detrimento de los sueños del "gran dictador". Por una nación, un país, un territorio deben tener UNA lengua, y en nuestro caso ésta no era ni más ni menos que el español. Así pues, ni gallego, ni vasco ni catalán, ni mucho menos inglés o francés: aquí se hablaba español, hostias ya. Además, como el Estado controlaba casi todo lo que entraba, los traductores vivieron tiempos de bonanza: no tanto los libros como las películas se traducían y doblaban por completo. De este modo encontrábamos que el pueblo, las grandes masas, sólo podían ver películas de a)Joselito y Marisol; b)películas dobladas y a veces censuradas; c)más tarde, pelis de tetas y landismo. Y pensar que había quien les reía las gracias a todos esos. Había quien lograba saltarse la censura con ingenio: por ejemplo, el subtexto de las cintas de Saura era muy rico, muy valiente.
Total, el pueblo español se deja absorber por la comodidad de lo que viene hecho, la ley del mínimo esfuerzo, y como no era preciso aprender otro idioma para ir a las películas, se fue dejando. Pasó que la sociedad lo asumió como un orden natural y basaban su argumento en: si yo soy español, ¿por qué tengo que aprender inglés para ver una película? Pero amigo, no lo tienes que aprender, basta con que leas los subtítulos. Cuando lleves cinco películas así, te acostumbrarás. Aquí tenemos el mensaje: el doblaje es un síntoma, una secuela del franquismo. En Portugal (y en menor medida en Francia), que están al lado, los cines y la televisión son en VO con subtítulos. Acabó la dictadura, murió Franco-lo-dejaré-todo-atado-y-bien-atado y las secuelas de ese tiempo de ese tiempo de sometimiento. Nadie podría proponer acabar con el doblaje de un día para otro. Los intelectuales (otra vez ellos) pasaban por puros nerds si sugerían ver las películas en versión original "para apreciar las interpretaciones, los matices de las voces"... Pero es que...si estoy leyendo me pierdo lo que pasa en pantalla y las actuaciones. ¡Pero amigo! Tú es que no distinguirías una actuación buena aunque te escupiera en la cara!

Y llegó LOST.

Recuerdo que fue el año de dos grandes descubrimientos televisivos más allá de la manida televisión por cable: Mujeres desesperadas en comedia y Lost en drama. También es verdad que ambas series han tenido suertes distintas, si bien ambas tuvieron una primera temporada que aportó un rayo de luz al aburrido panorama televisivo. Y el misterio de Perdidos, su continuo intento de dejarnos desarmados, su acumulación de interrogantes vencieron a la pereza derivada del franquismo. La gente empezó a tirar de Emule (hasta entonces reservado para la música) para bajarla rápido (recordemos que empezó a emitirse de manera ridícula e irregular por La Primera), ya que nos llegaba con meses de retraso, doblada y cuando ya sabíamos lo que sucedía dos temporadas más adelante. Descubrimos una escotilla. Humo negro. Rugidos, susurros. Gente que vive en el bosque. Conejos blancos. Y ya estábamos enganchados.


Pero no sólo a LOST. Descubrimos que una vez has probado el original, las series dobladas, el cine doblado no tienen ninguna gracia. Y probamos comedias nuevas, series de culto, volvimos a los orígenes del movimiento fan, nos hicimos miembros de webs especializadas. Lost era un producto tan adictivo que no había barrera insalvable entre las personas. Gente de derechas y de izquierdas en el mismo foro, en el mismo sofá tratando de discernir por qué Locke puede andar y Rose ya no tiene cáncer, o qué es ese pie de cuatro dedos... Por fin España parecía un país, sólo uno en el que podíamos disfrutar en inglés y olvidarnos del doblaje. Y descubrimos que igual estaban en Francia (con lo especialitos que son los franceses), Italia o Suecia. Y la gente descargaba Urgencias, A dos metros bajo tierra, The Big Bang Theory... y películas y series inglesas (esas grandes desconocidas). Proliferaron los blogs sobre series, las páginas especializadas, las series de televisión tomaron periódicos y revistas, la gente hablaba y habla por la calle de temporadas, spoilers, cliffhangers... Yo, como la mayoría, empecé a descargar gracias a Lost. La proliferación de páginas de streaming, el descubrimiento de páginas y alternativas de descarga, los torrents, megauploads y su puta madre nos hicieron adictos a Internet. Cada vez se consume más cultura y, paradójicamente, se lee menos. O más, quién sabe si con el libro electrónico y la piratería cultural la gente leerá a Sartre en el metro. Quién sabe...

Lo único que queda claro es que Lost nos unió para siempre, y ya se sabe: lo que ha unido Lost, que no lo separe nadie. Y si Lost ha sido capaz de derrotar una barrera, un lastre tan sucio como el del doblaje, es normal que esta noche millones de personas permanezcan en vilo para saber si al final Jack vivirá, si todos dejarán la isla o no. Está clarísimo que Juliet será la madre del hijo de Jack, porque todos queremos a la rubia. Y también que Desmond y Penny acabarán juntos, que para algo la suya es una historia de amor de esas que tanto les gustan a los yankies bigger than life. Y me la pela que nunca lleguemos a saber a qué vienen los numeritos de marras, ni quién era la madre loca de Jacob y MIB, ni de dónde han salido los poderes de la isla, ni quién se hará cargo de Ji Yeon. Sólo sé que yo también he llorado con la llamada de Desmond a Penny o la muerte de Charlie, que nunca me parecerá una locura que alguien se etiquete "Not Penny's boat" en la espalda o que nunca me brillará tanto el pelo como a Kate en un aeropuerto de noche. Y siempre, siempre querré a Desmond, a Faraday, Claire y Juliet. El camino ha sido largo, pero ha sido el mejor viaje de mi vida y no me ha hecho falta Biodramina (aunque en según qué momentos, casi...), y he hecho amigos y me he enamorado y he reído y llorado, y que eso lo haya logrado una serie de televisión creo que viene a explicar bastante bien cómo las consideraciones sobre éstas han cambiado bastante. Así que sólo nos queda esperar, ver y disfrutar... lo de juzgar lo dejaremos para los aguafiestas de siempre, ya que ahora está tan de moda decir que LOST no es para tanto. El país que ve Perdidos unido, permanece unido. QUE EMITEN UNA SERIE ESTADOUNIDENSE EN 'TIEMPO REAL'. Esto va a ser con toda probabilidad el mayor acontecimiento de la historia de la televisión.

Sin doblaje. Jódete, Franco. No, si el final de Lost es que readmitan a Garzón en el sistema judicial español. O algo parecido.
Mañana el mundo será un poco más gris. Os dejo con las muertes. In memoriam...

domingo, 2 de mayo de 2010

Vales menos de lo que pagamos por ti

Hoy toca hablar de series sobrevaloradas, tal y como han hecho otros blogueros en sus bitácoras. Naturalmente, ésta no es más que una opinión, y es que hay series que veo a pesar de que no son geniales, y otras a las que simplemente no les encuentro el punto:

LOST. La veo, pero no es LA SERIE. No tiene un guión cojonudo (véase Los Soprano, A dos metros bajo tierra...). Además, las dos primeras temporadas en su momento fueron una revolución pero a estas alturas cargan con demasiados lastres. Si bien es cierto que la cuarta era estupenda y la quinta mejor, si cabe, la última temporada está resultando por lo general bastante decepcionante. Y a pocos episodios del adiós definitivo, Lost no va a hacer un movimiento que nos deje tan con el culo torcío como sucedía con sus temporadas 4 y 5. Lo siento, pero no eres perfecta. Y no soporto a Jack, Kate y Sawyer 'sobreactúo para ganarme lo que me pagan'.


DEXTER. Iba a ser el no va más de la ficción de cable, pero lo de la doble vida ya lo conocíamos (teníamos, en la misma cadena sin ir más lejos, a la camello Nancy Botwin), y su apuesta por el drama puro no le hizo el favor que creía ahora que la gallina de los huevos de oro se encontraba en la dramedia (one more time, Weeds, Mujeres desesperadas, incluso Buffy o Los hombres de Paco [por deformación, pero lo es]). Cuenta Dexter con un actor como un castillo, pero ni su personaje es tan fascinante como la creación previa de Michael C. Hall, ni su ambigüedad moral tan original (¿he oído Faith o Spike? ¿Asesinos atormentados?). Además, los capítulos taaaaaaan largos sólo se aguantan con las obras maestras (The Wire, Sopranos y Six Feet Under). Nada, Dexter, que no logré acabarme ni la primera temporada :O Además, se trata de una adaptación de un libro, y el hecho de no ser material original me toca mucho los huevos la moral.


CSI. En serio, ¿tengo que argumentarlo? No entiendo NADA de lo que le guste tanto a la gente. Personajes-robot, historias autoconclusivas que no pueden sorprender por estrambóticos que sean los casos: SIEMPRE averiguan lo que sucedió en el lugar del crimen y HAN HECHO UNA FRANQUICIA. En definitiva, una serie sosa, sosa, sosa.


HOUSE. ¡Guau! Un médico con mala leche... un pasote de no conocer a Weaver o Romano. Eso es ser HIJO DE PUTA. Y por rarunos que sean los casos y cínico que sea vuestro médico, si prolongáis su vida más de dos temporadas corréis el riesgo de que Gregory House se convierta en una caricatura de sí mismo. NADA, que no me engañas (y todo esto a pesar de que yo soy el que cuando Cuatroº la compró la ponía por los aires, pero como conjunto House pierde mucho...).


Battlestar Galactica. Su primera temporada es un puñetazo en el estómago, un soplo de aire fresco en la ciencia-ficción de navecitas. Sus giros de guión y cliffhangers son magistrales, de acuerdo, pero no alcanza la profundidad filosófica/religiosa/moral de las obras maestras, y lo cierto es que su desenlace no contentó a todos sus seguidores. Eso sí, es una serie para disfrutar sin sentirse avergonzado. Una serie buena, pero no óptima.



Cómo conocí a vuestra madre. Que si la nueva Friends, que si tiene al mejor personaje de las comedias, que blablabla... Un grupete de amigos jóvenes que se reúnen en un bar, que comparten piso, que pillan mucho cacho, que cada día tienen una pareja distinta... Pero no. Vale que ha logrado incluir el juego de los saltos temporales a la sitcom tradicional, que sus personajes son majos (salvo el protagonista e hilo conductor, de una sosez alarmante), pero le falta el ritmo frenético que poseía la inverosímil y blanca (en todos los sentidos) Friends. Vamos, que es una buena comedia pero no hace reír con la frecuencia con la que estábamos acostumbrados (supongo que los 30 guionistas por episodios de la citada "Amigos" tenía mucho que ver). Nota a los guionistas: si centráis tanto la atención en Barney, corréis el riesgo de que se haga tan odioso como House.

miércoles, 17 de marzo de 2010

TVitteando

Aquí un nuevo meme televisivo, esta vez con la limitación de espacio que proporciona Twitter para hablar de las series que llevo al día. Me dejo, naturalmente, todas las que me bajo y no puedo ver por falta de tiempo (que son más de las que quisiera). Aquí, pues, mi pequeña lista televisiva.


Skins se va a despedir a lo grande tras el giro WTF que supuso la semana pasada. Sin duda, la serie de entretiempo... Se nos va :(

Lost está como nunca. Sólo despierta interés si sale Claire, pero la temporada final no arranca y nos tiene desquiciados. Sin Juliet me aburre.

Modern family sigue siendo la mejor comedia. Todos sus episodios tienen momentos brillantes con Gloria y Manny, aunque Mitchel aburre...

HIMYM: tan irregular como siempre, últimamente lleva una racha de aciertos gracias al equilibrio entre sus protagonistas, aunque no avance

La pecera de Eva es la revelación de nuestra tele con personajes excelentes, bien definidos e interpretados, música, tramas interesantes: 9

The Pacific ya está lista para ver, pero en stand by, como otras tantas. Promete épica. Sangre. Polvo. Guerra.

El ala oeste afronta el final de la T-4 con tramas interesantes que afectan a los protagonistas, y sigue tan en forma como el primer día...

jueves, 11 de marzo de 2010

En terapia con los chicos de 'Skins'


C'est à dire, últimamente no sabemos casi nada de la confirmada tercera temporada de In treatment. El drama de Gabriel Byrne se ha confirmado como uno de los más crudos e interesantes desnudos del alma humana en mucho tiempo. Animales heridos que desfilan entre sillas y sofás (¡ningún diván!¿dónde quedaron los tópicos?). Hace poco Nahum hablaba de ellos con la excelencia que le caracteriza. No es sólo la vida de Paul y cómo los problemas de sus pacientes influyen de manera tan negativa en su día a día. Además, esta serie nos descubrió a la inmensísima Mia Wasikowska, ahora en el ojo del huracán por encarnar a la Alicia del (me abuuuuurro) obvio Tim Burton.

Luego están los chicos de Skins, inmersos en una irregular cuarta temporada. Han dejado atrás la fiesta y se han sumergido en el drama. El plano secuencia que abría la temporada supone toda una declaración de principios. Complejidad, historias entrelazadas y, más allá, la muerte. El problema de Skins es que sus personajes pueden apasionarnos o aburrirnos. Me ha encantado la trama que envuelve a Cook, las idas y venidas de Naomi y Emily, así como la historia de Katie. En cuanto a Effy, es que sale en pantalla y provoca un efecto imán. La chica que todo hombre desea: autodestructiva, peligrosa, impredecible, misteriosa, sexy y muy inteligente. El capítulo junto a Freddie fue de los más oscuros de la serie. Luego, Freddie me cae mal, y aunque adoro a JJ su episodio me pareció una mierda, y la historia de Thomas me parece quemadísima. A ver si dan esta noche un enorme giro a todos los acontecimientos y se van de farra. ¡Ah, y queremos más Pandora en pantalla!



Todo esto no es gratuito. He aprendido últimamente que dar información gratuita es una pérdida de tiempo para mí y para vosotros. Así pues, llevo unas semanas con ganas de hablar de una nueva serie española MUY BUENA. Sí, es cierto. No, no estoy delirando... Si cogemos a un psicólogo y un puñado de adolescentes con problemas existenciales tendremos la nueva propuesta de (y lo diré sólo una vez) Telecinco: La pecera de eva. Hay una joven, la psicóloga de un instituto, que acaba de llegar y se encarga de todos los jóvenes problemáticos o con problemas del lugar. La psicóloga es Alexandra Jiménez, el alma de la serie. Eva es fresca, cínica, divertida y muy natural. ¿En qué consiste la novedad? ¿Por qué es tan buena la serie, Jose? Explícanos... Veréis, en primer lugar es una adaptación parcial del modelo seguido en In treatment, es decir, Eva recibe a muchos pacientes distintos y su trabajo influye en su vida. No obstante, cada episodio no se corresponde tan sólo a la sesión con un paciente. Por otra parte, la acción se aleja del despacho de Eva a través de flashbacks y momentos en la vida de los protagonistas. Los jóvenes chavales no son caricaturas de los verdaderos adolescentes y los interpretan actores poco conocidos y muy jóvenes, hecho que aporta credibilidad al invento. La serie no está encorsetada por un guión escrito frase por frase; hay guionistas, claro que sí, que escriben las escenas o problemas de cada "paciente" a grandes rasgos, y entonces dejan que los actores improvisen a partir de esas pequeñas instrucciones. ¿Qué sucede? Los diálogos son rápidos, las reacciones reales, los personajes viven cada punto porque sus intérpretes no se lo ven venir... Vamos, que yo al menos me lo creo. La serie cuenta con otro acierto, y es que conjuga a la perfección drama y comedia. Ese equilibrio es muy difícil de conseguir, sí, y de momento han logrado evitar los tópicos de siempre. ¡Aún no ha salido ningún joven gay que no sabe si salir del armario o no! ¿Algo más, Jose? ACTORES. Insisto, los actores son excelentes. Encabezados por una inmensa y carismatiquísima Alexandra Jiménez en un rol que no tiene nada que ver con su papel en Los Serrano, todos los actores y actrices dan vida a personajes interesantes, con aficiones normales, problemas normales y las dudas propias de la edad. ¡Y algo a lo que las series españolas siempre se han mostrado reacias! Todos los episodios llevan música de verdad que subraya las emociones de cada escena. No era tan difícil apostar, tal y como han hecho, por grupos algo conocidos pero que no mueven masas para ponerle banda sonora, un hecho que eleva a La pecera de Eva al Olimpo de nuestras series: la Musicalité, Giulia y los Tellarini... En definitiva, una serie joven para los jóvenes y no tan jóvenes que os dejará con un estupendo sabor de boca. Ah, y olvidaba un último acierto que señalar. Todos recordamos cómo en Un paso adelante, cuando los alumnos estaban a punto de acabar en la escuela, repitió todo el curso para renovar una temporada la serie; también conocemos cómo se desinfló Dawson Crece cuando los chicarrones se fueron a la uni... sólo Buffy sobrevivió a este salto de tiburón. Skins, y así volvemos a lo de antes, nos enseñó que se puede cambiar el elenco por completo y la serie puede perfectamente seguir siendo la misma y aquí no hay pasado na. La pecera de Eva también ha sido muy inteligente al respecto, ya que el reparto irá cambiando constantemente ya que el hecho de que la consulta pertenezca a un instituto hace que no sea necesaria otra explicación.

domingo, 17 de enero de 2010

El Doctor me hace llorar (II)


Prosigamos el viaje por los ríos de lágrimas que nos ofrece esta joya que es Doctor Who. Donna perdió dos años de su vida en pos del Doctor, pero no será la última ni la única. Ya en su momento, una acompañante sufrió el abandono del señor de la gabardina. La dejó en la Tierra, en Londres, y ella se convirtió en una periodista a la búsqueda de fenómenos cuanto menos, sospechosos. Ahora, ya adulta, mientras investiga un caso le reprocha al Doctor que la dejara atrás y la olvidara, aunque él le asegura que no la podría olvidar. Todas son especiales. Todas.

The blower’s daughter
Vale, que sí, que el Doctor perdió a su familia y es un hecho que lo marcó profundamente. Pero no vimos cómo sufría el tormento de ver desaparecer a los suyos. Recordad cuán emotivos son los filmes sobre el holocausto, pensad en Adrien Brody, el pianista que ve cómo secuestran y matan a su familia sin que él pueda remediarlo. Y es que las Guerras del Tiempo, al fin y al cabo, fueron un genocidio doloroso como los que conocemos. Russell T. Davies, previsor como es, advirtió el gran potencial que guardaba el drama de ver a un padre perder a sus hijos, a su mujer, a su hermano… y así llegó a un episodio escrito para cargar (más aún) de humanidad al protagonista. No creo que el hecho de que el Doctor perdiera una mano fuera un hecho casual, creo que todo estaba medido. Por motivos que no vienen al caso, se engendra a la hija del Doctor a partir de su material genético. Una belleza rubia que, al contrario que su padre, tiene carácter beligerante. Al principio, el Doctor no quiere entrar en el juego de la nueva paternidad. Ya ha sufrido bastante: hace unos días leí una entrevista a Susan Sarandon, y decía que “uno no empieza a pensar en la muerte hasta que tiene hijos”. Supongo que de ahí deriva la reticencia del Doctor en un principio, pero pronto advierte que él vive dentro de ella, que son la misma esencia, que… tiene la ocasión de empezar de cero. Tras continuas regañinas y aventuras peligrosas, la hija del Doctor se expone al utilizar armas (un signo inherente al Doctor es que no cree en el uso de armas, rasgo extrapolado hasta lo cómico en Sarah Jane) y finalmente salva a su padre y a los demás, a Donna y Martha, sacrificándose en el empeño. El Doctor se enfada con todos, y amigos y enemigos le dan la tregua para acompañar a su hija en la muerte. Una secuencia poderosa, hermosa y desgarradora donde vemos cómo la hija muere entre los brazos del Doctor, todo esto en un jardín botánico de Swansea. Bien, luego viene la trampa. Steven Moffat, guionista y nuevo encargado de la serie desde 2010, propuso que en un último momento la hija resucitara (después de todo, su material es el de un Señor del Tiempo), quizás con vistas a retomar el personaje en futuras temporadas… La cuestión es que el daño está hecho, el Doctor cree que su hija ha muerto, ha llorado su pérdida y se verá obligado a olvidar mientras nosotros sorbemos los mocos.

Love me tender
Cuando Doctor Who se estrenó, por muy avanzados que sean los británicos, la serie era tan mojigata como la sociedad. Además, se trataba de un producto blanco destinado a toda la familia.
Russell T. Davies, procedente de la sexualmente acelerada Queer as folk, no tiene más que utilizar un recurso necesario en cualquier producto televisivo: TSNR. La tensión sexual no resuelta es marca de la casa en productos como Luz de luna, Expediente X o la reciente Bones, y Doctor Who tenía todo lo necesario para que se diera. Un protagonista carismático y terriblemente atractivo, un/a acompañante temporal y distintos personajes, así como el liberalismo sexual de una raza que ha sobrepasado cualquier prejuicio. Si bien los puretas han rechazado el carácter sexual que ha adquirido la serie, la constante hoy en día es “renovarse o morir”. El Doctor es guapo, lo sabe, y como irresistible que es flirtea con todas las criaturas de la galaxia. Pero si hay una raza que le parece extraordinaria, esos somos los humanos. Dice que tenemos una inquebrantable capacidad de resurgir de nuestras cenizas, que los humanos somos, permítanme la metáfora, las cucarachas del Universo: eternos. Donde cualquier otra criatura vería una bolsa de carne rosa y tripas, pelo y demás guarradas, él percibe lo excepcional.
Así pues, a la necesidad de compañía se suma la atracción por los humanos. El Doctor, y parecerá una chorrada, ha besado a todos sus acompañantes por efímeros que fueran (ahí está Kylie Minogue en la renovada versión del Titanic), siempre en la continuación de 2005. A Rose es a la que más cariño le cogió, un cariño que, por culpa de la inevitable separación, se tradujo en obsesión y amor. Para qué negarlo, el Doctor se enamoró de Rose. Con Martha, sin embargo, pasó lo contrario. Martha se enamoró a la primera y él la ignoró, ocupado como estaba tratando de olvidar a Rose. Con Donna se estableció una preciosa relación de camaradería que se interrumpe de la manera más dura. En cualquier caso, y aunque ella no lo recuerde, el Doctor siempre la llevará en el corazón. Tampoco podemos obviar el flirteo con el capitán Jack Harness, protagonista y alma mater de Torchwood.

Pero el Doctor, más allá de las relaciones puramente amistosas con sus acompañantes, también tiene corazón y se ha enamorado en alguna ocasión. La más sonada, por lo bonito del romance y lo dramático de su fin, es la relación que entabló con una francesa que nos rompió el corazón. El Doctor y compañía encuentran en una nave espacial ventanas temporales que dirigen a una chimenea en un palacio del s. XVIII. Ahí el Doctor conoce a una niña que se convierte en su cómplice, y decide volver a la nave. Al cabo de unos minutos atraviesa de nuevo la chimenea y encuentra a una joven que se presenta como la niña que una vez, hace muchos años, encontró a un señor extraño en la chimenea. Conforme conversan, el Doctor descubre que se trata de Madame de Pompadour. Son varios los encuentros que se dan donde se crea un amor correspondido. Ella habla de él como “mi amor” y “ángel solitario”. El Doctor le promete constantemente que volverá a encontrarse con ella, y cuando al fin logra atravesar la chimenea encuentra una habitación vacía. Un hombre le entrega una carta que Jeanne-Antoinette había escrito al Doctor donde decía que era el amor de su vida. El hombre le comenta que acaba de morir, con cuarenta y dos años, y se llevan su cuerpo de Versalles. Y una vez más, vemos el peso del mundo en los ojos del Doctor. Para mí, el mejor episodio hasta la fecha.

I don´t want to go
Cada vez que el Doctor está a punto de morir, como ya he señalado, se regenera en un nuevo cuerpo. En esencia el mismo personaje, pero con muchos matices que hacen a cada doctor único. En lo que llevamos de serie (renovada) los rostros del Doctor han sido el de Michael Eccleston durante la primera temporada, David Tennant en las tres siguientes y el relevo de John Simm a partir de ahora. El resto, no lo sabremos hasta dentro de ¿un(os) año(s)?. Estos son los Doctores nueve, diez y once.
El Doctor sabe lo que es la muerte: la ha mirado a la cara en demasiadas ocasiones, ha sufrido la muerte de familiares y amigos… y teóricamente ha muerto en diez ocasiones. Si le podemos reprochar algo a Russell T. Davies en su papel de guionista es que empatiza demasiado con sus personajes, les coge cariño y le cuesta deshacerse de ellos. Es demasiado evidente en los casos de Rose, que aguantó dos temporadas y ha hecho distintas apariciones estelares desde entonces, y en el caso del Doctor que compone Tennant. Antes de permitirse la regeneración, interviene en el devenir (joder, andamos hoy redundantes…) de sus amigos y los ayuda de un modo. Cuando Tennant mira por última vez a la cara, parece que su muerte va a ser definitiva. “I don’t want to go”. ¿Excesivo? Sí. ¿Funciona? Mucho. Entonces, por mí bien.
Por otra parte, según las reglas de los Doctores del Tiempo sólo hay doce regeneraciones, de modo que quedan dos más y el Doctor será un mortal más, tal y como los humanaos. Su némesis, el Maestro, se trata de un Señor del Tiempo que renegó de su especie, que enloqueció y ha cambiado de cuerpo en numerosas ocasiones hasta el hecho de regenerarse en diversas especies. Así pues, ¿llegará el día en que veamos morir al Doctor?

En definitiva, podría decirse que el Doctor es un personaje fascinante que ha tenido que aprender a vivir con el tormento de la culpa, las muertes, el olvido, las despedidas… y logra sobrevivir. Si a esto le sumamos una de las mejores bandas sonoras que se componen en el medio televisivo, os aseguro que ese señor menudo que viaja en una caja azul os tocará la fibra en más de una ocasión. Lo dicho, a mí el Doctor me hace llorar.

viernes, 15 de enero de 2010

El Doctor me hace llorar (I)


Doctor Who se trata de una serie familiar que, como cualquier producto ideado para la familia, contiene un barbiturrillo de géneros. En el caso que nos ocupa destacan aventuras, ciencia-ficción y comedia, aunque personalmente considero que el más interesante es el que pasa en silencio, como incómodo, y nos acaba dejando tan tocados como al misterioso protagonista. Gracias a la iniciativa de Sunne ha surgido el Doctor Who blogger's day, en el que varios aficionados al género y en concreto a esta serie, trataremos de dar a conocer un producto que vuelve a convertirse en seña de identidad de Gran Bretaña. Porque RECORDAD ESTO: los British lo hacen mejor... Disculpad los SPOILERS, no hay forma de hablar del tema sin desvelar grandes momentos y tramas.
________ Pero la pregunta es: ¿funcionaría Doctor Who si se enfocara más como drama que comedia? Sí, lo haría porque es un buen producto y sabe jugar todas sus cartas con sabiduría, y para qué negarlo, el drama tiene más potencial que otro género. Supongo que por eso Russell T. Davies, el showrunner de la continuación de la serie en 2005, desligó el drama en un spin off mucho más maduro (es evidente que busca un público más limitado), Torchwood, que alcanzó su madurez en la estupenda tanda de episodios emitidos en 2009. Hablemos, pues, de por qué el Doctor a veces me hace llorar.

Ese ser solitario
El Doctor comenzó su singladura junto al “único familiar” conocido, y uso comillas porque hay mucho que matizar, fue Susan Foreman o su nieta. De ésta, a pesar de que estuvo en la serie durante más de una temporada, no sabemos gran cosa: si nació en el futuro o el pasado, si es realmente nieta del Doctor… En cualquier caso, lo que aquí prima es la consideración del Doctor que, viendo hasta qué punto está limitando la vida de ella al arrastrarla consigo por viajes temporales y espaciales, un día la abandona para que haga su vida sin darle la oportunidad de despedirse. Abandona a su único familiar vivo en pos de un futuro incierto y errante donde cientos, tal vez miles de vidas se cruzarán por la suya para tal vez no volver a encontrarse.
________ A pesar de ello, el Doctor no soporta la soledad. Se trata del último de los Señores del Tiempo, vio morir a toda su familia, probablemente a sus hijos (“Una vez fui padre”, se atreve a afirmar en algún momento). Es decir, carga en sus espaldas con el peso del mundo, con sus recuerdos y con la posible culpa de haber sido el causante del fin de su raza, aunque no podemos afirmar nada al cien por cien, ya que gran parte del encanto de la serie es el misterio que envuelve al protagonista.
________ El Doctor no tiene nombre ni familia, el poder le corrompe. Pensad que se trata del último y único ser capaz de viajar en el tiempo y alterar el curso de la Historia, cosa que, si hiciera muy a menudo o irresponsablemente, podría acarrear graves consecuencias.

Adiós, pequeña, adiós
Las despedidas. Cómo duelen las despedidas. El Doctor, además de muy viejo (y, paradójicamente, cada vez más joven), es muy sabio. Y se conoce a sí mismo mejor que nadie. Cada vez que el Doctor está a punto de morir, se regenera. Y como el poder corrompe a los hombres y él, por muy Señor del Tiempo que sea, se deja llevar por las mismas emociones que los seres humanos. Recordemos que el Doctor es muy impredecible, excéntrico y una caja de Pandora que no conviene abrir, pero viaja con un acompañante (generalmente mujeres jóvenes, aunque ha habido algún hombre) que, llegado el momento, le frene los pies. Al igual que le pasó con su nieta, no quiere interferir en las vidas de las personas y las deja llegado un punto. Vamos a hablar de las despedidas y relación que entabla con sus compañeras.
________ Rose Tyler, una londinense joven y normal, como cualquier persona, entabla una relación de admiración pura y dura por el Doctor (interpretado en la primera temporada por Michael Eccleston). Cuando el Doctor muere, a ella se le rompe el corazón, aunque a continuación se regenera y vuelve con el rostro de David Tennant. Siguen viajando juntos durante todo un año en el que ella antepone la figura del aventurero de la caja azul a su familia (es decir, su novio y su madre), y aunque parece que esta relación no se pueda romper jamás, Rose se ve arrastrada a un universo alternativo del que nunca podrá volver. Y tampoco podrá ir hasta ella el Doctor, ya que existen reglas, y las reglas (la putada de siempre) están para cumplirlas. Aunque claro, hecha la ley, hecha la trampa. No será ésta la última ocasión en la que veamos a Rose, aunque sí como su acompañante.
________ El Doctor sigue, destrozado, su periplo por el mundo cuando la TARDIS lo vuelve a dejar en Londres (¿melancolía? ¿la esperanza de reencontrar a Rose?los designios de la TARDIS son inescrutables), donde se ve entre la espada y la pared junto a una estudiante de medicina, Martha Jones. El Doctor la invita a un viaje que se va prolongando, aunque Martha, con la cabeza tan bien puesta y su continuo desengaño (se enamora del Doctor en el primer momento) considera, llegado un punto, que la aventura ya ha terminado. Igualmente la veremos más adelante, aunque la química y relación entre ella y el Doctor siguen siendo igual de frías.
________ Donna Noble es una treintañera que se va a casar. Ella es muy voluptuosa y podríamos compararla fácilmente con una Bridget Jones temperamental. El día de la boda el Doctor llega hasta ella y se lleva al novio y su único sueño, ya que a fin de cuentas todo se trata de una farsa. Esta joven desencantada de la vida pasa un año esperando al alienígena de la caja azul. El hecho de que Donna entregue todo un año de su vida a la espera del Doctor nos dice hasta qué punto su presencia hace mella en las vidas de las personas. No obstante, él vuelve y, por casualidad, se vuelven a encontrar y viajan juntos a lo largo de toda una temporada. La consecución de la relación que se establece entre ellos, acaso la más intensa más allá de la melancólica Doctor-Rose, llega al límite de la fusión de ambos en un ente común. Aunque claro, la despedida de Donna y el Doctor supone la respuesta a un ultimátum: la vuelta a la normalidad o la muerte. Para salvarla, Donna tiene que seguir su vida y olvidar sus viajes y al Doctor, la mejor amistad que hemos tenido la ocasión de apreciar en la (nueva) serie.

Mañana sigo con el post, que la vida es larga y un análisis de drama lo es más. Y mañana toca hablar de la muerte, el amor, la culpa, el poder...
Mientras tanto, os enseño quiénes son los demás bloggers que se han acogido a esta propuesta, todos buenísimos, excelentes analistas catódicos que se centran en aspectos distintos de una serie tristemente desconocida por estos lares:
Sunne -Doctor Who para dummies
Llámame Romario -Podcast sobre la serie
-Como un fénix -Difícil elección: Eccleston o Tennant
Basura and TV -Cosas del Doctor que quizá no sabías (o quizá sí)
Mañana añado los restantes :)